Un pensamiento que surgió...
- Por Mariana Echeverry
- 31 ene 2017
- 2 Min. de lectura

En el país en el que vivimos han existido siempre personas con mentes perversas, llenas de malas intenciones y que aún estado por fuera del contexto de guerra y violencia que hemos vivido por años, sacan a flote su maldad; son estas las que reflejan la falta de educación, el descontrol y el absurdo egoísmo en el que estamos envueltos los colombianos. En una sociedad materialista, oportunista, precaria y conformista es en la que se están formando los futuros empresarios, políticos, médicos, periodistas y todos los roles que con fortuna, si no son reemplazados por máquinas, han de regir en el país.
Creo que el mayor problema de esta sociedad es el individualismo, pues es el que ha hecho que veamos normal y como pan de cada día en los medios de comunicación, violaciones por aquí, muertes por acá, sin detenernos a pensar en qué tipo de país nos hemos convertido.
Es aquí donde surge la incógnita ¿Qué debemos hacer para cambiar la mentalidad y el accionar de los que hoy habitamos Colombia?, sin pretender ser idealista, sino más bien realista, siento que la labor que debemos realizar para generar un cambio está en darle voz al pueblo, en no saturarlo con información sin trasfondo, sino propiciar espacios para la investigación, que a su vez generen conciencia, pero colectiva que se aleje del individualismo y la competencia sangrienta; bien sea por estereotipos, estrato o cualquier asunto que devenga rivalidad.
Los medios de comunicación deben afianzar la capacidad de indagación y dejar de estar tan regidos por la inmediatez, pues ha hecho que no podamos analizar las dos facetas de la noticia, impidiendo así la formación de un criterio con argumentos y fundamentos.
Lo que hará que cicatrice en pequeña medida el dolor (hoy encerrado y acallado por el miedo), será tal vez la creación de memoria, pues esta es la que hace que sanemos al contar nuestras vivencias e incitemos a los demás a que no repitan nuestro pasado.
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